Acabamos el cole a finales de los 90

Recopilación de estupideces que marcaron a los que ahora tenemos alrededor de 25 años

Saturday, June 10, 2006

Bateadores

Acabo de recibir con alegria la noticia de que Norma Comics se ha decidido a reeditar el mitico manga 'Touch!'. Probablemente este título no os sonará de nada, pero si os digo que se trata del manga que dió lugar al culebron adolescente 'Bateadores' que emitió Telecinco en la época de las Mamachicho, seguramente algunos la recordareis con nostalgia. Para el que no se acuerde, este es uno de los mayores dramas que nunca se han dibujado en Japon, al menos para mi. Con tensión sexual, muertes y caínismo a tutiplen. El tema empieza con la presentación de dos hermanos uno muy bueno (Kazuya Uesugui) y otro muy malo (Tatsuya Uesugui). En la version que emitió la tele de Berlusconi -en aquella época de carnes femeninas al aire i senos turgentes en jacuzzis con alcaldes prevaricadores aún se le podía llamar así- los protagonistas se llamaban César i Carlos. Nunca entenderé la razón por la que en los primeros animes que llegaron en las privadas los nombres se españolizaban. ¿Porqué coño había en Tokio dos pavos que se llamaban Cesar i Carlos? Por suerte la costumbre amainó rápidamente. Si no, igual Ranma se habría llamado Francisco Javier, Yamsha, Jonathan i Arale, Jennifer. Eso si, nos dejaron algunas bandas sonoras com la de aquella infumable 'Juana i Sergio' que iba de voleibol que hacían las delicias de los prepúberes en sus adaptaciones de la última fila del autocar.

La careta de entrada al drama, tan peligrosa como la mismisima puerta del averno

Bueno, al lío. La gracia del tema estaba en que estos dos pavos jugaban a beisbol en un equipo de instituto y, al igual que pasa con la liga universitaria americana, estos equipos se siguen tanto o más que los de adultos. Siendo deportistas famosos, si fueran españoles sin duda habrian acabado en manos de Belen Esteban, pero en Japon no. La tercera en discordia era Minami (Bárbara para Telecinco). Una belleza adolescente virginal con la que muchos de nosotros empezamos a descubrir partes hasta entonces desconocidas de nuestros cuerpos. Esta muchacha era un dechado de virtudes y por tanto debia sentirse atraido por Cesar que era igual de bueno. Pues no. Resulta que ella iba de estrecha y de fina pero en realidad, pese a que sus padres la tenian por un ejemplo, le iba la marcha como a la que mas y en su vida privada debía fumar porros y todo.

Minami-Bárbara se tirara los 108 capítulos que dura la serie (por supuesto aqui no se emitieron todos y hasta que se inventó internet no pudimos saber como narices acababa el asunto) jugando con los dos muchachos en un argumento absolutamente nocivo para ser visto por niños de 10 años mientras beben Vit o Nesquik porque nunca más sabran como narices acercarse a una mujer. Si no se lo creen salgan cualquier día a una discoteca y veran como el método más utilitzado por todos es el mítico "tienes fuego?". Lo más patético del asunto es que así han nacido muchos fumadores. El miedo hacia el otro sexo que ha desarrollado el puto triángulo amoroso de Bateadores entre los que ahora tenemos alrededor de 25 años es un trauma que nunca superaremos.

A que no adivinan cual es el malo?
"Pues si, Bateadores es la causa de que lleve años sin tirar la caña"

En los 108 episodios da tiempo hasta de que uno de los hermanos muera, para que os hagais a la idea de hasta donde llega el sadismo de sus autores. Si quereis saber cual, os lo bajais del emule, que debe estar. Además de la trama amorosa también hay mucho beisbol. Tal vez demasiado. El beisbol es sin duda uno de los deportes mas aburridos del mundo y en mi opinión deberia ser prohibido y todos deberiamos bailar sobre la tumba de su inventor. Y os lo dice alguien que se ha chupado muchos partidos de beisbol por trabajo. Lento como una procesión de cojos y con unas normas más complicadas que el manual de bolsillo del Enterprise es el típico deporte americano que aquí no entendemos. En fin. En Japon arrasa y por eso lo usaron supongo. Naturalmente, cualquier parecido entre ese engendro y lo que juegan Cesar i Carlos es pura coincidencia. La pelotita, el bate y la forma del campo a lo sumo. La cuestión es que los partidos son como 'Campeones' en beisbol, con carreras interminables, lesiones dramáticas, rivales malvados, bates rotos por el impacto con la pelota y pelotas que se deforman por la velocidad. Esto de las pelotas que se transforman en un melón por la fuerza del disparo nunca lo he entendido y se ve que pasa en todos los deportes japoneses. Al lado de la trama amorosa estas infumables y semifeudales historias de superación personal no tenían ningún interés.

Alrededor del triangulo amoroso protagonista aparecen una serie de secundarios reseñables como Harada, el mejor amigo de Cesar, cuyo nombre en castellano no recuerdo y el ostiable perro Punch que merecia ser aplastado o, mejor aún tratándose de esta serie, bateado.

En fin, bateadores no consiguió que los niños que la vieron se aficionaran a este deporte, aunque estoy seguro de que las ventas de bates se incrementaron mientras se emitió. Y es que todos aquellos prepúberes soñábamos con cepillarnos a Bárbara, aunque aún no supieramos del todo en que consistia esto de cepillarse a alguien. Aún así, muchos pensamos que comprar un bate de beisbol era el primer paso para ser los putos amos en clase. Si, señores, yo soy uno de esos imbéciles que se compraron un bate de beisbol sin saber decir ni un solo jugador real de este deporte. El bate crió polvo durante años en un altillo y se tiró cuando nos mudamos a otro piso. Sólo se usó dos veces. El día que se compró, para jugar. Años después a mi hermano y a un vecino les atracaron en la feria que ponen por las fiestas de mi barrio y no pudieron subirse al saltamontes ni a los autos de choque. El padre del vecino, exlegionario y algo macarra lo usó para ir a amedrentar a esos aprendices de Vaquilla. No los encontró, pero os juro sobre el DVD de los Bingueros que esta anécdota es real.

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